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Oil in the Ocean


Transcript

NARRATOR:

Last summer, in the heart of New Orleans, a 600-foot tanker collided with a 200-foot fuel barge, tearing the barge in half. Several hundred thousand gallons of oil leaked out of the barge and into the fast-flowing Mississippi River, heading quickly towards the ocean.
The oil spread down the river in minutes, immediately threatening drinking water intakes and wildlife.

Responders sprang into action within hours of the accident. Using computer models and weather forecasts, they determined the path of the spill. With helicopter surveys, they assessed the damage and dispatched cleanup crews.

Specialized boats with oil collection devices on their bows were sent to the scene. These devices, called skimmers, act like vacuums across the surface of the water. Hundreds of trained workers cleaned riverbanks and marshes using an unexpected tool – pom-poms. 

Noxious fumes from oil harm animals that can’t avoid it, and others can be covered in it—leading to suffocation and death.  Birds that get enough oil on their feathers eventually lose their ability to fly, and oiled sea otters can suffer from hypothermia.

When oil spills occur, it can shut down beaches and fishing grounds. It can also lead to public evacuations.

Environmental disasters can be prevented if cleanup efforts begin immediately. While large oil spills like the one in New Orleans last summer contribute to oil pollution, the ocean suffers from far more than the occasional spill that hits national headlines.  In fact, hundreds of millions of gallons of oil end up in the ocean every year, and only 5% of that is from big spills.

Most people don’t realize that oil residue on roadways and oil dumped into storm drains are the number one source of oil pollution in the ocean.  For the sake of humans and animals, let’s keep oil out of our ocean.

Transcripción

El verano pasado, en el corazón de Nueva Orleans, un buque cisterna de 600 pies chocó con una barcaza de combustible de 200 pies, rompiéndola a la mitad. Varios cientos de miles de galones de petróleo se filtraron de la barcaza hacia la corriente rápida del río Mississippi, dirigiéndose rápidamente hacia el océano.

El aceite se extendió por el río en cuestión de minutos, amenazando de inmediato tomas de agua potable y vida silvestre.

En cuestión de horas después del accidente, el equipo de respuesta entró en acción. Usando modelos informáticos y previsiones meteorológicas, se determinó la trayectoria del derrame. Con las encuestas desde helicópteros, se evaluaron los daños y se enviaron equipos de limpieza.

Barcos especializados con dispositivos de recolección de aceite en sus proas fueron enviados a la escena. Estos dispositivos llamados skimmers actúan como aspiradoras sobre la superficie del agua. Cientos de trabajadores capacitados limpiaron riberas de ríos y pantanos usando la herramienta "succionadora”.

Vapores nocivos provenientes del petróleo daña a los que animales que no pueden huir, mientras cubre a otros llevándolos a la asfixia y la muerte. Las aves que reciben suficiente petróleo en sus plumas eventualmente pierden su capacidad de volar, y las nutrias marinas empetroladas pueden sufrir hipotermia.

El petróleo es también tóxico para los humanos. Cuando se producen derrames, pueden cerrarse playas y zonas de pesca. También puede dar lugar a evacuaciones.

Los desastres ambientales se pueden prevenir si los esfuerzos de limpieza comienzan de inmediato. Mientras que los grandes derrames de petróleo como el de Nueva Orleans ocurrido el verano pasado contribuyen a la contaminación por hidrocarburos, el océano sufre mucho más que con los derrames ocasionales que llegan a los titulares nacionales. De hecho, cientos de millones de galones de aceite terminan en el océano cada año, y sólo el 5% es de derrames petroleros grandes.

La mayoría de las personas no se dan cuenta de que los residuos de aceite en las carreteras y el aceite vertido en los desagües pluviales son la causa #1 de la contaminación por hidrocarburos en el mar. Por el bien de los seres humanos y animales, mantengamos a los aceites fuera de nuestro océano.